Los enfados parte II: Evaluación de la ira en niños y adolescentes


Evaluación de la ira

Como hemos comentado con anterioridad, existen múltiples causas por las que los niños pueden manifestar conductas de enfado desajustadas. De hecho, en muchos casos se trata de un problema multicausal. Por eso, resulta fundamental realizar una evaluación exhaustiva para determinar cuáles son las causas de las manifestaciones de ira.

Con los padres

Esta valoración comienza desde la primera entrevista con los padres, que nos ofrecerán datos sobre cómo son las reacciones de enfado del niño, en qué contextos se dan, cómo reacciona su entorno, etc.

Con posteriira 4oridad, se les administrarán diferentes cuestionarios y escalas que valoren su percepción del grado de afectación del problema en su día a día, delimiten cuáles son las conductas problemáticas y describan qué otras dificultades observan en el niño.

Además, es importante realizar un registro de las conductas de ira del niño en contexto natural, no sólo de cara a valorar las situaciones en las que el pequeño sobrerreacciona, sino también el impacto que estas conductas tienen sobre su entorno, la percepción del grado de enfado que muestra el niño y el nerviosismo que esto produce en la persona que maneja la situación (padre, madre, ambos …).

Por tanto, la evaluación con los padres se compondría, entre otros, de los siguientes instrumentos:

  • Entrevista clínica (no estructurada)

Descripción

Se trata de un cuestionario compuesto por un listado de conductas infantiles a rellenar por los padres y/o otras personas que compartan el hogar.

Edad de aplicación

De 6 a 18 años
  • Sistema de Evaluación de la Conducta de Niños y Adolescentes (BASC, padres)
ira_BASC

Descripción

Cuestionario que mide numerosos aspectos del comportamiento y la personalidad del niño, incluyendo dimensiones tanto positivas (adaptativas) como negativas (clínicas).

Edad de aplicación

De 3 a 18 años
  • Registro de conducta en casa

Registro conducta

En el contexto escolar:

Es fundamental valorar si las reacciones de ira se observan en varios contextos, de cara a determinar si el problema se debe a una falta de regulación emocional del niño o, por el contrario, está más relacionado con un manejo inadecuado por parte de los mediadores que intervienen en ese contexto específico. Para ello, debemos valorar el comportamiento del niño en el aula.

A continuación se enumeran algunas de las herramientas de evaluación que se pueden utilizar:

  • Cuestionario para el colegio: Donde se valoran diferentes aspectos del niño (comportira 1amiento en el aula, interacción social con los compañeros, rendimiento académico, etc.) mediante preguntas cerradas a sus profesores.
  • Sistema de Evaluación de la Conducta de Niños y Adolescentes (BASC, profesores)
  • Sistema de Evaluación de la Conducta de Niños y Adolescentes (BASC, sistema de observación del estudiante): En este caso, se trata de un registro que clasifica la conducta observada directamente en el aula

Con el niño

Por último, es imprescindible conocer la visión del niño/adolescente sobre el problema y realizar una valoración exhaustiva de los aspectos que pueden estar generando y/o manteniendo las conductas de ira.

Para la evaluación con el niño, disponemos de varios recursos:

  • Entrevista con el niño
  • Observación emocional y conductual del niño durante la valoración
  • Inventario de Expresión de Ira Estado-Rasgo en Niños y Adolescentes (STAXI-NA)
STAXI-NA-cubierta1

Descripción

Cuestionario a rellenar por el niño/adolescente que permite una evaluación precisa de los diferentes componentes de la ira: Experiencia, Expresión y Control y de sus facetas como Estado y como Rasgo.

Edad de aplicación

De 8 a 17 años
  • Observación clínica del temperamento: En la/s sesión/es de evaluación, se puede enfrentar al niño a situaciones en las que se ponga a prueba su tolerancia a la frustración y ver cómo reacciona (si se enfada, lo demuestra, se contiene, le da igual…). Situaciones típicas para valorar estos aspectos pueden ser: jugar a algún juego de mesa y que pierda repetidamente, pedirle que elabore una construcción y destruírsela cuando la esté finalizando, etc.
  • Valoración de aspectos relacionados con las Funciones Ejecutivas: A través de pruebas relacionadas con la capacidad de planificación y regulación de la conducta, control inhibitorio, impulsividad cognitiva y/o comportamental, etc.
    • Tareas go – No go
    • Tarea de la estatua
    • Tarea de la espera o demora de la recompensa

  • Discriminación de sentimientos: Para confirmar que el niño/adolescente es capaz de discriminar los diferentes sentimientos básicos y complejos en función de sus expresiones faciales y en base a distintas situaciones vividas.

Una vez realizada la evaluación, y en función de los resultados obtenidos, se detallarán unos objetivos de intervención específicos para cada caso y se iniciará la intervención con el niño, los padres y el resto de contextos en donde se manifiesten las dificultades. Hablaremos de estas cuestiones en sucesivas entradas.

Puedes ver también:

Los enfados parte I: ¿Qué es la ira?

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